El problema de raíz

El modelo forestal y su impacto en Chile

A finales de 2019 millones de personas salieron a las calles en Chile para protestar contra el sistema económico neoliberal del gobierno, exigiendo alto a las privatizaciones, alto a la sobre explotación de recursos naturales y la masificación de la producción agrícola.
La gente paró a la producción y sus bloqueos también afectaron a la industria forestal, lo cual es una rama exitosa y lucrativa en Chile que tiene una cadena de suministro global. En la actualidad, el mayor usuario final europeo de celulosa chilena es Alemania. En este país el consumo individual de papel se acerca a los 250 kg al año, cinco veces más que el promedio mundial.
El sector forestal chileno opera principalmente en el Wallmapu, una zona de asentamiento histórico de los Mapuche. Durante la dictadura de Pinochet (1973-1990) las forestales obtuvieron grandes extensiones de tierras por la política de expropiación y expulsión de la población local. Las empresas internacionales como CMPC y ARAUCO plantan alrededor de 2,5 millones de hectáreas con eucaliptos y pinos. Los enormes monocultivos han provocado la sequedad y erosión del suelo, la pérdida de biodiversidad y la disminución del rendimiento de los cultivos. La comparación nacional muestra que en la región del Wallmapu hay el mayor empobrecimiento.
Varias iniciativas están plantando en el Wallmapu árboles autóctonos para mejorar la calidad del suelo y el microclima. Organizaciones de mujeres como Paimuri organizan periódicamente mercados de intercambio de semillas, proporcionan información sobre agricultura ecológica y conceptos alternativos de uso de la tierra para mantener la diversidad de cultivos y la soberanía alimentaria.
Los Mapuche y los pequeños agricultores están ocupando tierras y están reconstruyendo sus propias estructuras, debido al bajo nivel de restitución de tierras. El Estado reacciona a esto con la militarización y la aplicación de la ley antiterrorista de la dictadura contra los Mapuche. Las comunidades indígenas y locales no solo critican al Estado y a las forestales, sino también al sello ecológico FSC-Chile, 3 de cada 4 árboles obtienen ahora la etiqueta FSC de gestión forestal sostenible.
La madera recogida se procesa en enormes fábricas de celulosa. Las emisiones contaminantes y de las aguas residuales no filtradas causan problemas de salud y de una mayor incidencia del cáncer en la población local. En la actualidad Arauco y CMPC están aumentando su capacidad de producción, por el aumento mundial de la importancia de la materia prima renovable, que va a sustituir gradualmente a los productos de plástico comunes.
El documental presenta entrevistas con empleados y gerentes de las empresas forestales, el directorio de FSC-Chile, representantes de autoridades, científicos, dirigentes Mapuche, pequeños agricultores y organizaciones medioambientales.